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Publicación revela cómo el sistema tributario brasileño profundiza las desigualdades de género y raciales y propone medidas para una economía más equitativa.

El Instituto de Estudios Socioeconómicos (INESC) lanzó la guía “Desigualdad en el bolsillo – Justicia fiscal para las brasileñas” , una publicación que examina las desigualdades de género y raciales en el sistema tributario brasileño y propone reformas para promover la justicia fiscal.

La guía destaca cinco mensajes clave que orientan su enfoque:

  1. El sistema fiscal brasileño es regresivo y penaliza especialmente a las mujeres negras.
  2. Los recortes del gasto público perpetúan la subyugación económica de las mujeres en la sociedad.
  3. La reforma fiscal ha supuesto avances, pero aún necesita garantizar logros específicos para las mujeres.
  4. Muchas exenciones fiscales brasileñas benefician a las élites económicas, como el sector financiero, la agroindustria y la minería, en detrimento de las mujeres.
  5. Es necesario repensar la economía con un enfoque en la justicia social, racial y de género.

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Impactos del sistema tributario en la vida de las mujeres

Para demostrar el impacto de la tributación injusta en la vida de las mujeres, la publicación invita al lector a conocer las trayectorias de tres generaciones de mujeres negras brasileñas y sus experiencias cotidianas. Al final del relato, es posible concluir que, mientras los más ricos gozan de exenciones y beneficios fiscales, las mujeres de bajos ingresos —principalmente las negras e indígenas— soportan la carga desproporcionada de los impuestos al consumo.

La injusticia fiscal en Brasil se debe principalmente a que el sistema tributario brasileño depende excesivamente de los impuestos al consumo, que representan el 40,2% de la recaudación nacional. Los impuestos sobre la propiedad solo representan el 4,4%. Esta lógica perpetúa la desigualdad, afectando especialmente a las mujeres negras, que representan el 28% de la población pero concentran sólo el 14,3% del ingreso nacional. En contraste, el 1% más rico de la población, en su mayoría hombres blancos, posee el 15,3% de los ingresos.

“La carga fiscal en Brasil penaliza a quien menos tiene y protege a quien más tiene. “Las mujeres negras, que ya enfrentan barreras estructurales, son las más afectadas”, dice Carmela Zigoni, asesora política del Inesc. Para ella, la justicia fiscal no es sólo un asunto económico, sino una medida urgente que el gobierno debe priorizar para reducir las desigualdades de género y raciales en el país”.

Otro aspecto que aborda la guía es el impacto de los recortes presupuestarios en la población femenina. La austeridad fiscal adoptada en los últimos años ha resultado en una reducción de la inversión en políticas públicas esenciales, como programas de combate a la violencia contra las mujeres, guarderías infantiles e iniciativas de apoyo a la autonomía económica de este grupo.

“El desmantelamiento de los programas sociales termina transfiriendo una carga adicional de trabajo no remunerado a las mujeres, especialmente en el cuidado de los niños, los ancianos, los discapacitados y los enfermos. Sin el apoyo gubernamental adecuado, muchas mujeres se ven obligadas a abandonar sus trabajos formales, lo que profundiza la desigualdad económica de género”, explica el documento.

Salud de la mujer 

La publicación del Inesc también destaca cómo la falta de acceso a productos menstruales afecta directamente la vida de millones de mujeres y niñas en Brasil, impactando su educación, trabajo y salud. Para remediar esta desigualdad, la reforma fiscal incluyó productos como tampones, toallas sanitarias, copas menstruales y otros artículos de higiene destinados a este fin en la lista de bienes que recibirán una exención de impuestos del 100%. Si bien fue una victoria fundamental para las mujeres –especialmente las de bajos ingresos–, es urgente que esta decisión se implemente en la práctica, con una reducción de los precios de estos productos.

Una investigación realizada en el ámbito del Proyecto Novo Ciclo – una iniciativa de Espro (Educación Social Profesional) en alianza con Inciclo – revela que el 47% de las mujeres jóvenes negras y de familias de bajos ingresos del país se ven directamente afectadas por la falta de recursos para adquirir productos menstruales. Por razones económicas, el 42% de las adolescentes y jóvenes brasileñas que menstrúan utilizan toalla sanitaria durante más tiempo del recomendado. Además, el 32% de las mujeres jóvenes han experimentado una falta de dinero para comprar un protector personal, lo que provoca que el 32% pierda una fiesta o una cita, el 20% pierda un día de escuela y el 11% pierda el trabajo.

El documento enfatiza la necesidad de una política pública que garantice la distribución gratuita de toallas sanitarias a adolescentes, jóvenes y mujeres en situación de pobreza. Inesc refuerza que la dignidad menstrual debe ser tratada como un derecho fundamental, y que es imprescindible implementar, en la práctica, la revisión lograda en la carga fiscal sobre estos productos y la ampliación de programas de acceso a artículos de higiene.

Reforma tributaria: avances y desafíos

Otro punto central de la publicación es la evaluación de los impactos de la actual reforma tributaria en Brasil. Si bien ha habido avances, como la simplificación del sistema y la creación de un mecanismo de devolución de impuestos para familias de bajos ingresos ( cashback ), aún existen brechas por cubrir para garantizar la equidad tributaria. El documento destaca que la reforma del impuesto al consumo debe ir acompañada de una reforma del impuesto a la renta y al patrimonio, para que el sistema tributario sea más progresivo y eficaz en el combate a las desigualdades estructurales.

Sectores que se benefician de exenciones fiscales

La guía también analiza las exenciones fiscales en Brasil, destacando que gran parte de los beneficios fiscales otorgados por el gobierno favorecen a sectores económicos dominados por grandes corporaciones, como el sistema financiero, el agronegocio y la minería . Mientras estos sectores acumulan exenciones e incentivos multimillonarios, las políticas sociales fundamentales para la población femenina y la población negra sufren recortes y desfinanciamiento.

Los datos presentados en la guía muestran que, mientras los bancos y las grandes empresas agrícolas reciben enormes incentivos fiscales, las mujeres negras siguen enfrentando dificultades para acceder a servicios básicos de salud, educación y seguridad alimentaria. La publicación sostiene que una revisión de estas exenciones fiscales es esencial para garantizar un presupuesto público más equilibrado y justo.

Nuevos incentivos fiscales e impacto en las cuentas públicas

El impacto de los nuevos incentivos fiscales en las cuentas públicas es otro de los puntos destacados del documento. Tan solo en 2023, los incentivos fiscales otorgados por el gobierno federal representaron alrededor del 4,5% del PIB, volumen que supera las inversiones en áreas estratégicas como educación y salud. El informe señala que la falta de transparencia y control sobre estas exenciones dificulta la implementación de políticas públicas que podrían reducir las desigualdades sociales y de género.

Repensar la economía para la justicia social, racial y de género

La guía defiende la necesidad de una transformación profunda del modelo económico actual, destacando que las políticas fiscales deben formularse con miras a la equidad. Algunas medidas esenciales incluyen:

  • Impuestos progresivos: Aumento de los impuestos sobre las rentas altas, las ganancias y los dividendos, reduciendo la carga sobre el consumo, que penaliza a los más pobres.
  • Inversiones en políticas públicas: Reversión de recortes presupuestarios y ampliación del financiamiento para salud, educación y asistencia social.
  • Presupuesto con perspectiva de género y raza: Implementación de instrumentos que aseguren que las decisiones fiscales consideren el impacto sobre las mujeres y las poblaciones negras e indígenas.
  • Revisión de las exenciones fiscales: Evaluación cuidadosa de los beneficios otorgados a los grandes sectores empresariales, garantizando que sirvan al interés público.

“El 10% más rico de Brasil gana casi el 59% del ingreso nacional total del país. En Estados Unidos, un país con fuertes desigualdades sociales, el 10% más rico gana el 45% del ingreso total del país. En China, esta tasa es del 42%. En Europa, se sitúa entre el 30% y el 35%. Nuestro sistema tributario actual no sólo no resuelve este problema, sino que empeora la distribución del ingreso, haciendo a los ricos más ricos y a los pobres más pobres. Las propuestas que aquí se debaten serían un inicio importante en la lucha contra las desigualdades, en sus dimensiones de ingresos, raza y género”.

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